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viernes, 11 de noviembre de 2011

This is it: No más mentiras Murray



This is it, el nombre que le otorgó el mismísimo Michael Jackson a una serie de cincuenta conciertos que estaban previstos ser presentados el 13 de julio del 2009 en la Arena O2 de Londres, capital de Inglaterra. Las primeras entradas de la gira se vendieron a tiempo relámpago, y en sólo cuatro horas ya habían sido agotadas. Diez conciertos de la gira habían recaudado 50.000.000 de dólares, respectivamente.
6 meses antes de los comienzos del nuevo Tour que hubiera significado su regreso triunfal a los escenarios, Michael padecía, para entonces, de insomnio crónico. Michael había entrevistado al menos a cuatro médicos para que le suministraran unos fármacos, entre ellos una sustancia lechosa conocida como Propofol – un agente anestésico intravenoso – a la que él llamaba su “leche”. Por supuesto que esos médicos se negaron, simplemente por ética profesional, puesto que esos fármacos no deben administrarse en un hogar. Pero hubo un médico que sí estuvo dispuesto, el Dr. Conrad Robert Murray. ¿Por qué? Sencillo, El Dr. Murray se hallaba acorralado por varios problemas legales: Un juicio por la custodia de paternidad, y muchas denuncias a causa de fraude. Se encontraba endeudado, y fue su situación económica la que sentó bases en cuanto a la relación de trabajo con nuestro querido e inolvidable Rey del Pop.
El Dr. Conrad Robert Murray – nacido el 19 de febrero de 1953 en Andrews, Granada – fue contratado dos meses antes de las giras pronosticadas para julio 2009, por una cifra mensual de 150.000 dólares, financiados por la  empresa promotora de los conciertos, AEG Live, para que ayudara a Michael a dormir. Lo que figura que Murray estaba al tanto del motivo por el que fue empleado, desde el principio.
El 24 de junio del 2009, cuando Michael regresaba a la mansión que alquilaba en Holmby Hills luego de un largo ensayo general, dos semanas previas a su gira, el “doctor” le dio a Michael varios medicamentos de uso oral, pero no surtieron efecto alguno, así que posterior a eso, cerca de las 10:30 de la mañana del 25 de junio le previó al intérprete de Bad por vía intravenosa el anestésico Propofol, según él “en cantidades mínimas”.
Murray, permaneció junto a Jackson diez minutos vigilando el monitoreo cardíaco, y después lo abandonó por “dos minutos”, supuestamente. Pruebas de las llamadas registradas que realizó Murray durante esos “minutos de ausencia” revelan que su tiempo sobrepasó lo declarado por él mismo, no duró 2 minutos, en realidad fueron 45 minutos; efectuó tres llamadas. Cuando regresó a la habitación de Michael, lo encontró con signos vitales débiles, el cantante no respiraba. De inmediato acudió a su lado para realizarle masajes cardíacos.
                  Los errores graves que no deben cometer los profesionales en salud:

                 - Una superficie sólida es crucial para la RCP (Reanimación Cardiopulmonar), para poder comprimir el corazón del paciente entre el esternón y la columna vertebral. Murray, al pretender resucitar a Michael en la cama, empujaba el cuerpo del astro contra el colchón, por lo que no ejercía presión sobre el corazón para cumplir un objetivo deseado e importante: Llevar sangre al cerebro y a otros órganos.
               - Jamás se deja solo a un paciente que se le ha sido administrado Propofol, pues si el corazón o la respiración fallan estás ahí para contrarrestarlo. Al no lograr el cometido, revivirlo, le suministró Anexen, una sustancia que neutraliza la droga, para que el cerebro pueda recuperar su actividad; pero lamentablemente no surgió efecto en Michael como se esperaba.
              - El paciente requiere de un monitoreo cardíaco cuando se le ha administrado la mencionada sustancia. Murray compró un monitor cardíaco barato. El paciente debe recibir oxígeno. Necesita estrictamente la responsabilidad de una enfermera para controlar los signos vitales. Se requiere la existencia indispensable de un desfribilador.
              - Murray entró en pánico, se dedicó a esconder todas las botellas de Propofol, y pasado los 25 minutos se dignó a llamar a seguridad para que telefonearan al 911. El guardia de seguridad que llamó al 911, no especificó quién era el paciente, sólo indicó la ubicación y que se trataba de un hombre de 50 años de edad. Urgencias se presentó velozmente en la mansión en Holmby Hills. Se le practicaron 20 minutos de maniobra básica e intubación para proporcionarle oxígeno. Generalmente cuando transcurren más de 15 minutos se considera que el paciente ha fallecido. Pero Murray insiste, “Llévenlo al hospital”, dijo. Aparentemente quería decir “No se me murió a mí”, para que llegado al hospital otro médico firmara el acta de defunción.
             Semanas de que la desgarradora noticia fuera dada a conocer públicamente, se efectuó una autopsia al cuerpo de Michael Jackson para conocer la causa de su muerte. Según la autopsia consumada por la morgue de Los Angeles, Michael murió por una intoxicación aguda de Propofol combinado con dos sedantes más como mínimo. Hallaron cantidades letales de Propofol, y rastros de otros sedantes como Lidocaína, Diazepam, Nordiazepam, Lorazepam… Los fármacos de uso oral que le dio Murray en conjunto con el propofol era un coctel letal. De acuerdo con su declaración Murray juró haberle colocado 25 mg de dicha sustancia, pero es imposible que esa cantidad logre dejar inconsciente a un hombre del tamaño de Michael.
             En el transcurso de esa semana de la autopsia Murray no aparecía. Qué extraño, ¿no? Lo que no saben es que él buscaba a alguien que lo representara en la corte. Cuando apareció esto fue lo que le dijo a la policía:
            1:30 AM le dio Valium de 10 mg. 02.00 AM le dio Ativan de 2 mg, 03:00 AM Versed – 2 mg. 05:00 AM Ativan-2 mg. 7:30 AM Versed-2 mg. Y finalmente 10:30 le proporcionó 25 mg de Propofol diluido en Lidocaína por vía intravenosa, y que estuvo “10 minutos en el baño”. Pero esto no dice lo mismo la autopsia. Efectivamente esto no era cierto. Posteriormente los abogados de Murray intentaron remendar las declaraciones presentadas por el médico ante la policía, exponiendo que su cliente se había equivocado al dar la cronología del suceso.
          El juicio inició en el 2010, y está ahora en su recta final. Hemos escuchado y visto cuántas veces acusó a Michael de haberse administrado por sí mismo el propofol, lo cual es falso. El propofol es un agente anestésico muy poderoso que dopa a los pocos minutos de haberse colocado al paciente, por lo que es imposible que haya alcanzado a inyectarse él mismo y provocar la sobredosis, a menos que lo beba, pero no se encontraron sus huellas digitales en la jeringa, ni tampoco la sustancia en su estómago. El jurado ha declarado culpable a Murray. Esta semana Murray fue entrevistado por la periodista Savannah Guthrie, en el programa Today de la cadena NBC, defendiendo su inocencia y acusando a Michael de mentirle sobre su adicción (totalmente falso, ya estaba al corriente del motivo por el que fue contratado. Y… Por dios es fácil reconocer a una persona adicta a los fármacos).
           "Odiaría tener que culpar a Michael como persona. No lamento haberle conocido. Ojalá en nuestra relación él hubiera sido más claro y honesto en las cosas que me dijo sobre él". "Definitivamente", contestó Murray cuando la periodista le preguntó si Michael le mintió. "Creo que el propofol no está recomendado para usar en casa, pero no está contraindicado" (¿Ahora te das cuenta?). “Debería haberme ido y renunciar a tratar a Michael Jackson pero habría abandonado a un amigo", dijo. (Pero el dinero es más importante, ¿verdad? Un verdadero amigo acusa a la víctima de producir su propia muerte para lavarse las manos como Poncio Pilato y no admitir sus errores, ¿verdad?) “Era un hombre desesperado por el propofol. Lo último que hizo Jackson antes de morir fue rogar por esa sustancia que él llamaba leche” (Se contradijo, y ¿aún así no es fácil visualizar a un hombre que necesita ayuda?) “No me he encontrado nunca con algo así". Bla, Bla y más Bla… Murray, "lies run sprints, but the truth runs marathons". Un buen médico siempre acepta sus errores. No soy Dios para juzgarte, pero tienes que admitir que cometiste faltas graves, una negligencia, un homicidio involuntario, ya no hay lugar para otra excusa o mentira más. No es momento de dar entrevistas falsas, este es el momento de que te pongas los pantalones y digas la verdad.
            El 29 de noviembre el juez Michael Pastor dictará el veredicto final, y por fin se sabrá si el Dr. Conrad Robert Murray será condenado o no a cuatro años en prisión.
          Todo esto lo hice por una persona especial. No fue fácil volver a recapitular lo sucedido con nuestro querido Michael. En varias oportunidades trataba de estancar todo mi dolor en mi garganta, y recordarme que aunque no volveremos a verlo deslumbrando en los escenarios con sus bailes y su hermosa voz, sabemos que se ha ido a un lugar mejor donde podrá tener la infancia que jamás vivió. Y en este mundo permanecerá su legado. Michael Jackson, escribí todo esto por ti.

                                                               Gracias. I love you. Dios los bendiga.

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